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LUDOPATÍA. LAS FANTASÍAS QUE EL CINE Y LA TELEVISIÓN HAN AYUDADO A CONSTRUIR

Una de las medidas que más controversia está generando en la opinión pública, tras la comparecencia del Ministro de Consumo para la presentación del nuevo proyecto que ha poner freno al avance de la ludopatía en este país, es la gestión que se lleve a cabo de la publicidad relacionada con los juegos de azar, y la presencia de “famosos” o personas con cierta relevancia, que se presten a ser la cara visible de un negocio que hasta el momento y pese a ser legal, en sus formas de captación de clientes son cuanto menos moralmente reprochables.

Ahora bien, la tan ansiada prohibición total de la publicidad, ¿es el fin a todos los males? Entendemos que ciertamente no. Ayudar, claro que puede ayudar. Pero lo que nosotros, Cayle, creemos e intentamos promover, es y será siempre asentar las bases de una ciudadanía bien informada, y capaz de hacer frente a este problema aplicando las mejores y más correctas medidas de prevención.

Adicción: Internet ha hecho aflorar aquellos peligros que antes permanecían ocultos.

Enciendan sus televisores, escuchen sus programas de radio favoritos, o echen un vistazo a la prensa del día, y raro será que no se topen con alguno de los que hoy en día son considerados referentes de nuestros jóvenes, publicitando unas cuantas cuotas con las que hacerse con un dinero fácil al instante. Parece algo nuevo, algo que ha surgido de esta nueva era tecnológica que internet ha creado, que nos ha permitido grandes avances como puede ser el acceso a una cantidad de información increíble, pero donde también han aflorado aquellos peligros que en otros tiempos permanecían ocultos, y que hoy en día tenemos al alcance de nuestra palma de la mano.

Pero no, no es así. Estos modelos que hoy en día encarnan entre otros, nuestros deportistas más laureados, han existido y seguirán existiendo aun cuando en un futuro, esperemos que no muy lejano, la publicidad del juego como sucede en la actualidad con la del tabaco o el alcohol, se dejen de emitir en nuestros medios de comunicación.



Si echamos la vista hacia atrás y nos fijamos con un cierto rigor inquisitorio, observaremos como muchos de los personajes que presentaban claros rasgos propios de las personas con una adicción a los juegos de azar, han sido recreados en las salas cinematográficas o en nuestros propios televisores por actores y actrices de talla mundial, casi siempre desde un punto de vista atractivo o incluso jocoso. Y desde esa visión retrospectiva, observamos como durante muchos años la gran pantalla se ha encargado de idolatrar a esos personajes canallas, poco recomendables, que en muchas ocasiones y en un giro de guion, lograban persuadir a los espectadores de que sus malas acciones solo estaban dirigidas a quien de verdad lo merecía, respetando siempre a los oprimidos, como representaciones metafóricas de Robin Hood.

Nos referimos a aquellos añorados personajes como el “Maverick” de James Garner, o los magníficos Burt Lancaster y Kirk Douglas en la piel de Wyatt Earp y su inseparable amigo Doc Holliday allá por finales de los años 50, u otros más cercanos en el tiempo como el agente 007 encarnado por David Craig, que ha paseado su elegante presencia de timba en timba por los más grandes casinos de Europa. O también, personajes como el de “Ben Campbell” (Jim Sturgess) y sus amigos en “21 Black Jack”, donde recurren a los naipes para costearse sus estudios en la universidad, y acaban sucumbiendo a un estilo de vida cargado de excesos y lujos, que estarían fuera del alcance de cualquier estudiante en la vida real.


Imagen de "21 Black Jack". ¿Llega a ser la ludopatía tan divertida cómo nos la muestran?

Se nos muestra siempre esa mitificada idea de que si eres lo suficientemente “listo” puedes desplumar a la banca, y aunque hayas perdido varias veces, al final de la “película” siempre saldrás victorioso. Son un tipo de personajes que, durante sus escarceos con las apuestas, nadan en la abundancia, frecuentan todo tipo de ambientes lujosos, todo tipo de lugares exóticos, y al final consiguen seducir a la chica o el chico que desean. En definitiva, quien no querría salir corriendo hacia la casa de apuestas más cercana, sí esa que en cualquier barrio de España encontrarás, como se dice coloquialmente, a tiro de piedra.


Pero el mundo de los casinos y las apuestas no son tan inofensivos y resplandecientes en realidad. Y son muy pocos los casos, en los que el cine ha tratado el tema huyendo de esos amables tópicos mostrados anteriormente, y sí intentan reflejar ese cierto realismo presente en los peligros, las trampas y sinsabores que la ludopatía acarrea consigo. Peligros a los que se pueden enfrentar muchas personas en la actualidad, y que se han desarrollado, en buena medida, a causa de las fantasías que el cine y la televisión ha ayudado a construir.

Son películas que, huyendo al menos parcialmente de esa idealización de este mundo, nos muestran el problema de la ludopatía con la crudeza que en la vida real te puedes encontrar si caes en sus redes. Un claro ejemplo de este tipo de papeles puede ser el de un profesor de literatura adicto al juego, que en 1974 es llevado a la pantalla por un gran James Cann en la cinta “El jugador”. Papel que podría ser considerado como uno de los mejores retratos de la ludopatía llevado al cine, en gran parte, debido a que nos muestra parte de la propia experiencia como jugador compulsivo de su guionista, James Toback.


Concluyendo, lo que hemos intentado plasmar en estas líneas, es demostrar que estos estereotipos han existido y seguirán existiendo en la mente de guionistas y directores que los desarrollarán de una u otra manera, trasladándolos a estas generaciones y a las venideras. En nuestras manos está la forma en que se enfrenten a ellas, en lugar de permanecer en la queja permanente, hemos de preguntarnos qué resultado esperamos, analizar bien el problema, y saber si estamos buscando las soluciones correctas.

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